El kernel Linux 2.6.38, publicado hace algo más de un mes, aparte de traer numerosas mejoras y mayor soporte de hardware, al parecer trae consigo también un serio problema de consumo de batería, y es que no todo lo que reluce es oro.
Según se ha podido analizar se trata de un bug interno que provoca un drástico consumo de la energía y que afecta por igual a todas las distribuciones que incluyen dicho kernel.